"La perfección de la vigilancia es una suma de insidias" Foucault

jueves, 13 de febrero de 2014

El peaje (con coda y re-coda)

Dicen los que mandan que, tal y como están las cosas, qué más se puede hacer en esta ciudad para crear empleo. Que se van a ir, dicen, a pregonar por los madriles las grandes ventajas que tiene nuestro entorno para cualquiera que se avenga a poner una industria en sus alrededores.  Seguro que su oratoria es buena y vuelven a juntar a unos pocos en ese conocido restaurante de nuestro paisano para convencerles de que no hay quien se nos compare. Ni siquiera Cuenca, Teruel y Soria que fueron juntas a pedir sin que nos moviéramos pues el orgullo nos puede. Sin embargo, arduo problema es responder a quien pregunta, sobre todo si tiene calculadora. Imaginemos, eso sigue siendo barato, que un pequeño empresario dice, yo voy a invertir en Ávila para producir qué sé yo. ¿A cómo está el metro? Barato, barato, le responderán. ¿Y de naves, cómo vamos? Pues barcos, pocos hay y de las otras, más o menos. Si la quiere grande, más vale que la haga. ¿Y si pequeña? Me como lo del barato. ¿Y de infraestructuras viarias, sigue el preguntón, porque antes de soltar un céntimo hay que ver dónde va a parar? Las mejores, le dirá el que le corresponda. ¿Y baratas? Corramos un tupido velo.
Volvamos a imaginar que el interfecto quiere, con su producto, enviar un camión diario a Madrid. Echemos cuentas. Un camión paga desde Vicolozano hasta Villalba, al precio de hoy, veintiséis euros con veinticinco céntimos.  Que con otros tantos para volver, hacen cincuenta y dos y medio por día. Si la empresa abre de lunes a viernes para que descontemos sábados y domingos, vacaciona durante un mes, y, ya puestos, cumple con nueve festivos, habrá desarrollado su actividad durante doscientos treinta días al año. Llegados a este punto maldecirán los buscadores de empresas que sus interlocutores tengan calculadora. Doscientos treinta días por cincuenta y dos euros con cinco por día, hacen doce mil euros solo en peaje. Así es que, antes de abrir, el peaje habrá costado ya un puesto de trabajo mal pagado (o casi uno medio que anda por los 15.000 al año). Y ahora ya sólo nos queda multiplicar el número de camiones que debieran salir de Ávila y no salen porque cualquier empresa que se instale a la misma distancia que estamos de Madrid, pero partiendo de esa ciudad por otra de las otras cinco radiales tendrá de entrada un ahorro de 12.000 euros al año por camión.
Visto lo visto, habrá que recordar que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictó no hace tanto una sentencia que declaraba que el gobierno español “había vulnerado las directivas comunitarias sobre contratación pública” y que la adjudicación de las obras de ampliación eran totalmente ilegales. Algo, por cierto, reconocido por el gobierno que se ha comprometido a dar una “compensación adecuada” por reducir la adjudicación hasta 2019 a la empresa que contrata a la anterior vicepresidenta económica. Digan pues los que no saben qué hacer que, si en otros lares se “rescatan” autopistas que no van a ninguna parte, se proceda aquí de igual modo inmediatamente. Y, si menester es compensar, pues fue el Estado quien cometió la ilegalidad, hágase y conviértase, de una vez, en autovía sin más demora. Dicen, y cierto es, que el erario está vacío y ahora no se puede. Pero siempre nos toca esperar a los mismos. ¿O no hay 4.800 millones de euros, casi el presupuesto conjunto de ayuntamiento y diputación para los próximos cuarenta y cinco años, para pagar el despropósito de algunas de esas vías? Si así es, que haya también para acabar con la marginación que esta genera.  

LA CODA:
El mismo día en que las líneas que anteceden aparecieron, como todas las que se suben a este blog, en Diario de Ávila, el periódico mencionado se vio, supongo que para no perder una publicidad necesaria, en la necesidad de incluir una suerte de publirreportaje camuflado de noticia cuyo titular era el siguiente: "Los descuentos de la AP-6 benefician a 10.000 usuarios al mes desde junio". En una página completa, el artículo pretendía matizar mis cifras haciendo énfasis en los numerosos descuentos que tienen los usuarios de la autopista, incluidos los camiones. Descuentos que llegan, según el artículo publicitario, a ser del 13% si se gastan más de 600 euros al mes. Y, además, asumidos por la concesionaria. Con lo que, no sería cierto lo de los 12.000 al año, sino que serían 10.500, ya ves tu. Eso si solo son 230 días al año, como puse más arriba, porque si son 250 habrían sido mil euritos más y ya no digamos si en lugar de un camión son varios. Pero, además de no entrar en el fondo del argumento, el artículo insistía en que el descuento por hacer más de 20 viajes al mes, es para los usuarios de la AP-6, la inmensa mayoría de los cuales no llega, a las cifras oficiales me remito, a Ávila sino que siguen al noroeste del país.
RECODA:
Tres días después de aparecer las líneas que había escrito, en las jornadas celebradas en Madrid a las que hacía referencia, el presidente de los empresarios abulenses dijo que "la autopista es un lastre, pero mayor sería no tenerla". El alcalde de Ávila, ni que estuviera en campaña, digo que la inauguración de la AP-51 había "cambiado la vida de los abulenses, pero para bien." Sería muy fácil  decir hacer demagogia con esto y recordar quién paga sus peajes, pero mejor les dejaremos solo un consejo para que no lo sigan: ¡pregunten a los empresarios de Ávila qué piensan al respecto.

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