"La perfección de la vigilancia es una suma de insidias" Foucault

miércoles, 25 de enero de 2012

ENCADENADOS

No hace muchos días millones de personas de todo el mundo se han sentido horrorizadas ante la vejación que cometían ciertos soldados que orinaban sobre los cadáveres de unos militares afganos. Al parecer lo que tanto ha indignado es la micción y no el hecho mismo de que, previamente, los hubieran podido haber matado. Como si fuera más injuria la que se recibe en muerte que la que, por estar vivo, te aniquila. Pero, enojarse contra la perversión de esta hueste, no debe dejar a salvo la iniquidad que la provoca, cual es la guerra que, a despecho de nuestro querer, pagamos entre todos
Se nos olvida, por cierto, que desde que se inició la guerra contra  Irak, ya hace once años, los EE.UU. han gastado más de 900.000 millones de euros en la misma y que el pasado 2011 ha enterrado la sexta parte de su PIB en aquellos desiertos tan llenos. Y, sin embargo, si uno ha de hacer caso a los analistas al uso, estos gastos nada tienen que ver con la crisis. ¿Seguro? Sin contar lo más doloroso, la pérdida inútil de tanta vida, incluida la del centenar de soldados españoles allí enviados, la ISAF, que es cómo se llama la fuerza española en Afganistán, nos ha costado 2.500 millones de euros y lo que te rondaré.
Ciertamente, al lado de los gastos descomunales de los Estados Unidos, es cifra ridícula. Aunque no tanto si la comparamos con otras. Por ejemplo, según el gobierno, el incremento de la contribución (o sea del tipo impositivo del IBI, que es como lo dicen), durante 2012 y 2013 va a permitir recaudar 918 millones de euros más (es decir, ni la mitad de lo que nos hemos gastado en Afganistán). Pero, como ahora dirán que este impuesto es progresivo, después de años de decir que no, que es proporcional, fijemos nuestros ojos en otros números. Por ejemplo, podemos decir que con lo que hemos gastado los españoles en esa no reconocida guerra habría para cubrir, con las cuentas actuales, el presupuesto del Ayuntamiento de Ávila durante 47 años. ¿Que el salto parece grande? Pues recordemos que lo de Afganistán ha costado lo mismo que lo invertido en 2011 por el anterior gobierno de Estado en servicios sociales y promoción social y poco menos de lo gastado en energía e industria. Luego clamarán por una reforma laboral abaratadora de despidos para arreglar lo del paro. 
En suma, los adoradores del becerro de oro prefieren que nos ofusquemos ante una ignominia, intolerable, a que indaguemos en las causas políticas y económicas que llevan a una persona a dejar de serlo cometiéndola.

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